Cara y cruz de la guajira

Aunque me duela, la guajira es uno de esos cantes cuya etapa de esplendor quedó atrás, y con ella, su presencia generalizada en los repertorios de los cantaores flamencos. El recorrido experimentado no puede ser más atractivo: desde las primeras versiones grabadas donde el carácter cubano aún afloraba en cada tercio (El Mochuelo, Telesforo del Campo, Ginés Sánchez...), pasando por algunas versiones posteriores más aguerridas (Cayetano, Niño Medina, Paca Aguilera...), hasta llegar al giro sin precedentes en la figura de Marchena. Por no hablar de Escacena y algún otro genio más.
Han transcurrido muchos años desde entonces, y visto lo visto, parece agotado el recorrido creativo, algo que me niego a aceptar. Pero volvamos al inicio.
Como es bien conocido, nuestra guajira procede de la inspiración flamenca aplicada al punto cubano, generalmente interpretado en las zonas rurales, el cual no tardó en saltar al disco. Uno de estos primeros intérpretes de tonadas fue Martín Silveira, escuchen, escuchen...

Uno de los artistas flamencos que más variado repertorio nos ha legado, y dicho sea de paso, de los más olvidados, fue Telesforo del Campo.

De entre sus grabaciones, he elegido la siguiente porque aunque comienzan a vislumbrarse matices propios de nuestro género, es una de las versiones más apegadas a la fuente cubana:

El bueno de Telesforo seguirá apareciendo en estos apuntes desordenados.